Analistas sostienen que la próxima Administración encontrará una economía golpeada y deberá trabajar arduamente para recuperar la productividad, el orden fiscal y la confianza de los agentes.
El equipo político que asuma en agosto encontrará una economía bastante golpeada y tendrá la tarea de recomponer la estabilidad económica en el próximo quinquenio. Esto es lo que sostienen los economistas Carlos Carvallo y Luis Rojas.
Para Carvallo, ex miembro del Directorio del Banco Central, la Administración entrante asumirá en medio de problemas internos y externos. En el plano local, señaló que hay evidencia de la pérdida de productividad, con base en años de depresión económica y en dos ejercicios con recesión técnica, atribuidos a shocks como la pandemia, el conflicto bélico en Europa y el clima. A esto, prosiguió, se suma el importante rebrote inflacionario, con un aumento del 8,1% en los precios al cierre del 2022 (ver las infografías).
A nivel externo, deberá lidiar con la estrechez de financiamiento debido a las políticas mundiales de combate a la suba de precios y la incertidumbre que hay en torno a los ejes que implementarán los países de la región con cambios de gobierno, añadió.
Para Rojas, investigador de la Sociedad de Economía Política del Paraguay (Seppy), a nivel fiscal se cuenta con una recaudación de impuestos muy baja que no permite mejorar el financiamiento a programas sociales, pero al mismo tiempo el endeudamiento sigue creciendo aceleradamente y llegó a niveles preocupantes.
En lo laboral, indicó que poco y nada se ha avanzado en generar empleos dignos y en reducir la alta informalidad, lo que va ampliando las brechas preexistentes.
DESAFÍOS. En este escenario, ¿cuáles deberían ser las prioridades del nuevo gobierno?
A diferencia de cambios de administraciones anteriores, Carvallo considera que ya no se va a poder dar por descontado el equilibrio macroeconómico. Entonces, el que asuma en agosto deberá poner dentro de su agenda de prioridades recomponer el equilibrio monetario y fiscal.
Para ello, propone trabajar en anclar las expectativas y en restaurar la confianza en la meta de inflación, para luego ir bajando esa meta al 3% o 3,5%, por debajo del 4% actual. Además, asegura que es vital reformar la regla fiscal y generar consensos para evitar manoseos políticos al plan de gastos.
Diversificar la matriz productiva y potenciar la agricultura minifundiaria son otros elementos claves para contener la inflación y que pueden ayudar a volver a la senda del crecimiento, subrayó Luis Rojas. A nivel fiscal, cree que es prioritario aumentar la carga a los sectores más ricos y combatir el malgasto, reduciendo radicalmente la corrupción, discrecionalidad y sobrefacturación.
Finalmente, coincidieron en lo importante que es la renegociación de Itaipú, lo que puede ayudar a conseguir fondos extras para educación, salud y protección social.
Gremio espera que transición sea ordenada y responsable
El titular del Club de Ejecutivos del Paraguay, Jaime Egüez, coincidió con los expertos en que la inflación es uno de los escenarios difíciles con los que se encontrará el nuevo gobierno. A esto, agregó la devaluación de la moneda.
En ese sentido, el empresario señaló que esto puede afectar al consumo interno, aunque se mostró con optimismo y consideró que esperan para este 2023 una recuperación moderada, gracias a un buen año agrícola y, en general, el buen funcionamiento de los demás motores.
Indicó que pretenden que quien asuma en agosto próximo reciba unas finanzas ordenadas, con un plan financiero en ejecución y realizable hasta el cierre de diciembre.
En cuanto a las prioridades, subrayó que es importante que la nueva Administración no aplique un freno a ninguno de los motores de inversión.
Enfatizó en la necesidad de implementar reformas. En ese sentido, citó a la Ley del Servicio Civil y la reestructuración de la Caja Fiscal. En cuanto al primero, manifestó que permitirá tener reglas más claras que posibiliten la meritocracia y la optimización de los recursos humanos en el Estado.
En cuanto al segundo, refirió que se requiere de una transformación para evitar que siga creciendo el déficit, en relación con los sucesivos saldos rojos que van agotando las reservas y devorando cada vez más impuestos.
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