Las dos últimas familias volvieron a sus casas durante el fin de semana último, luego de casi un mes. Funcionarios del área social de la Itaipu Binacional, junto a efectivos de las Fuerzas Armadas, concluyeron su intervención en la zona baja del barrio San Rafael con un trabajo de limpieza. El último albergue operativo fue levantado y se procedió al retiro de las carpas y baños que se utilizaron en todo este tiempo en que duró la crecida del río Paraná.
Pobladores del barrio San Rafael buscan volver a la normalidad luego de soportar el desborde del arroyo Acaraymí, represado por la crecida del río Paraná, como consecuencia de las intensas lluvias registradas aguas arriba en el estado brasilero de Paraná.
En el peor momento, unas 200 familias fueron reubicadas en albergues y en casas de amigos y parientes en zonas altas. Junto al barrio San Agustín, Remansito y Presidente Franco, sumaron unas 500 familias en total.
Para el trabajo de asistencia se movilizaron la Itaipu Binacional, la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), la Gobernación, los municipios afectados y organizaciones como Bomberos Voluntarios, la Cruz Roja, entre otras instituciones de voluntariado.
Una vez más, se observó el espíritu solidario de muchos ciudadanos que, de la nada, donaban insumos para las ollas populares que se habilitaron en diversos sectores, para poder asegurar un plato de comida a esta gente que no tenían condiciones ni de trabajar.
La Décima Región Sanitaria, a través de un equipo de médicos, tuvo una oportuna intervención al asistir a los damnificados que sufrieron problemas gastrointestinales como consecuencia del contacto con agua contaminada.
Las intensas lluvias registradas a lo largo del mes de octubre y este mes de noviembre, no solo causaron problemas en los barrios ribereños. También sufrieron los pobladores de los barrios Che La Reina, Pablo Rojas, 23 de Octubre, kilómetro 9 y San Alfredo, detrás de la empresa XPlas, que se vieron afectados por el desborde del arroyo Amambay y Acaraymí.