En un mega operativo que involucró a militares y policías, denominado “Purgatio”, 25 brasileños que estaban recluidos en distintas cárceles del Paraguay fueron expulsados y entregados a la Policía Federal del Brasil. El fuerte despliegue incluso contó con el sobrevuelo continuo de helicópteros de las FF.AA. y la Policía, ante el temor de un posible rescate de estos peligrosos marginales, miembros de facciones criminales como PCC, Comando Vermelho y Bala na Cara.

De la penitenciaría de Ciudad del Este fueron sacados 5 internos ligados al Primer Comando de la Capital (PCC) y otros grupos criminales. De Pedro Juan Caballero, 9 reclusos; del penal de Tacumbú, 2 internos; de Concepción 3, de Coronel Oviedo 4, y del penal de Itapúa, 2 internos, totalizando 25 reclusos.

La lista de expulsados es la siguiente: Anderson Junior Giacomini, Anderson Morais Pereira, Eduardo Marques Mendoza, Elimar Sales de Souza, Enrique Fornelli, Marcos José Rezende, Ronny Von Goncalves Silva, Tiago Henrique Lima Fernandes, Wilson Fernando Lima De Souza y Vinicius López.

Además fueron enviados al Brasil, Paulo Maluf Pinheiro, Edson Bruno Borges Guimaraes, Gabriel Ferreira, Adriano Benítez Lima, Gilmar Ribeiro, Fulvio Jonathán Silveiro, Paulo César Da Silva, Jairo Souza Da Silva, Emerson Luis Chila Junior, Valdecir Prestes, Elibelton Antúnez Viana, Tomás Chileno Miamura, Elvis Amieda De Oliveira, Adriano de Borba y Mateus Ferreira Feitosa.

Para la Policía Nacional, estas personas son consideradas de alta peligrosidad y estarían vinculados al crimen organizado, y su permanencia en las penitenciarías del país, constituían un riesgo para la seguridad interna y de los demás presidiarios. El grupo de convictos fue entregado a los agentes de la Policía Federal en Foz de Yguazú, Brasil.

SEGUNDA ETAPA

Según las autoridades nacionales, el operativo “Purgatio” forma parte de la segunda fase del operativo “Veneratio”, ejecutado en diciembre del 2023 en la cárcel de Tacumbú,  donde se logró recuperar el control del recinto penitenciario, vulnerado por varias horas. En la ocasión, se dio un enfrentamiento con los uniformados, donde perdieron la vida al menos 11 internos y el suboficial ayudante Martín Mendoza, quien fue asesinado de un hachazo por los reos. Asimismo, varios uniformados resultaron heridos.

El Gobierno logró su objetivo de capturar a Armando Rotela, cabecilla del clan Rotela, quien se rindió y fue trasladado a un reclusorio de máxima seguridad. Otros 700 “soldados” del clan también fueron llevados a otras penitenciarias.

Con la expulsión de estos 25 peligrosos miembros de distintas facciones criminales, el Gobierno cree que las cárceles del país ya no serán dominadas por delincuentes.