Un brasileño está siendo buscado por la Policía como cabecilla del plagio. Trabajó 9 años con una de las víctimas y hace tres que fue despedido. La Policía detuvo a uno de los presuntos implicados.

El secuestro y crimen del colono alemán Helmut Ediger Friesen y sus empleados Rolando Díaz González y Odair Dos Santos podría haber sido parte de una venganza ideada por un ex empleado del colono alemán, que fue despedido hace tres años.

Se trata del brasileño Cleomar Neves, quien trabajó durante nueve años en el establecimiento del alemán y en ese tiempo habría conocido todos sus movimientos.

El comisario César Silguero, jefe del departamento policial de Investigación Criminal, explicó que Neves habría actuado como cabecilla de la banda y habría convencido a los otros integrantes para llevar adelante el crimen.

En la madrugada de ayer, la Policía detuvo a Alfredo Benítez, otro de los presuntos implicados en el hecho.

Tras su detención, el sospechoso guio a los investigadores hasta una casa en la compañía Santa Teresa, de Santaní, en cuyo patio enterró una bolsa que contenía G 1.060 millones, que serían parte del dinero con que los familiares pagaron el rescate pedido por los delincuentes.

Los intervinientes cavaron en el patio y encontraron dos bolsas en cuyo interior estaba el dinero.

Benítez negó estar implicado en el secuestro y triple homicidio y aseguró que él solo encontró en el monte la bolsa con el dinero.

La versión que manejan los uniformados es que sería el mismo Benítez el que se encargó de retirar el pago que realizó la familia del colono asesinado junto con otras dos personas.

Luego de este hecho, los intervinientes allanaron un local de remates de ganado, propiedad del alemán fallecido, en busca de más evidencias.

EJECUCIÓN. El alemán y sus dos empleados fueron llevados el pasado lunes 22 de noviembre de un establecimiento ganadero ubicado en Itacurubí del Rosario, departamento de San Pedro.

Se pidió un rescate de G 2.000 millones para liberarlos, pero, a pesar de que la familia pagó, fueron ejecutados.

Fuentes investigativas revelaron que los secuestradores, a modo de presionar a los familiares, fueron matando uno a uno a los rehenes.

El alemán murió al recibir un disparo en la cabeza, a corta distancia. Sus agresores le hicieron arrodillar y estaba maniatado.

Su colaborador Odair Dos Santos falleció de forma similar. No fue una muerte instantánea, sino que agonizó, reveló el doctor Pablo Lemir.

Rolando Díaz González fue herido con cuchillo en la zona del corazón y en el cuello.

Los secuestradores en principio habían tomado a cuatro personas. Una de ellas logró escapar. Su identidad no fue revelada y cuenta con custodia policial por ser testigo clave.


No declaró
El fiscal Lorenzo Lezcano, uno de los investigadores del hecho, indicó que el detenido Alfredo Benítez se abstuvo de declarar ante él. Benítez cuenta con la representación de una defensora pública y está a disposición del Ministerio Público. Los investigadores tienen en su poder una motocicleta, un teléfono celular y otras evidencias que el hombre tenía en su poder y que serán peritadas por expertos para buscar alguna evidencia que pueda ayudar a avanzar con las pesquisas y esclarecer este terrible caso.