Durante la homilía de la misa por la Solemnidad de la Virgen de Caacupé, el obispo Ricardo Valenzuela señaló a la corrupción y a la deshonestidad como responsables de los males que aquejan actualmente al Paraguay.
El obispo de la Diócesis de Caacupé, Ricardo Velenzuela, abocó parte de la homilía de la festividad mariana a temas que hacen a la situación política y social del país. Pidió a la ciudadanía luchar contra la corrupción a la que señala como la causa de la “triste» situación por la que atraviesa el país.
“Hermanos, tenemos un frente muy difícil: La corrupción. Debemos luchar contra la corrupción. La corrupción es una de las grandes causas del triste estado de cosas que está viviendo nuestro país. Como dice el profeta Isaias: «Cuando la corrupción toca su fondo, todo se cae»”, sostuvo.
Por otro lado, monseñor Ricardo Valenzuela indicó que lograr que tanto el Gobierno, los funcionarios públicos como la gente de bien sean honestas “es hoy como lo fue en todos los tiempos y sobre todo en los de crisis, una misión tan imperiosa como indispensable”. “Sin honestidad, no se gana nunca”, agregó.
Ricardo Valenzuela recordó que muchas personas peregrinaron hasta Caacupé para llevar sus plegarias y rezó por los enfermos de Covid-19, por los familiares en duelo y por los profesionales de la Salud, quienes estuvieron en la primera línea para enfrentar al coronavirus.
“Rogamos a Dios por la gracia de superar la pandemia. Reconocemos con alabanza a Dios y gratitud los pasos que se han dado, pero debemos seguir cuidando la vida y la salud con responsabilidad”, expresó.
La espiritualidad mariana
El obispo de la Diócesis de Caacupé señaló que en los últimos años se ha dado un auge de la espiritualidad en la Iglesia y el mundo.
“Si antes la espiritualidad parecía una escapatoria de la realidad, ahora se volvía una moda, más aún en esta pandemia (…) La espiritualidad dejó de ser un lujo de unos cuantos y se convirtió en una necesidad. Pues bien, en este retorno a la espiritualidad, en esta sed de espiritualidad, María tiene algo importante que decirnos”, dijo.
Valenzuela explicó que la espiritualidad mariana es la comunión, íntima entre el cristiano y María bajo el influjo del Espíritu.
“Es encontrar en María inspiración para el seguimiento de Cristo. Porque el cristianismo no consiste en fórmulas, ideología, conceptos, sino que es, ante todo, don, presencia, experiencia, vida. Y la figura de María resulta inspiración para encarnar las actitudes y valores cristianos”, aseguró.
Cristo llama a los laicos
Como ya se hizo durante todo el novenario a la Virgen, la Iglesia apeló al compromiso de los laicos en la “construcción del reino de Dios”.
“Hay que alentar la participación de los laicos en las comunidades cristianas, en su vida litúrgica, en sus programas y consejos pastorales, en sus ministerios laicales, en la práctica y testimonio de la caridad. Hay que superar la incoherencia”, dijo.
El obispo de Caacupé aseguró que la formación cristiana de los laicos requiere una “pedagogía pastoral que ilumine y oriente toda su vida con la luz y la fuerza de la fe”.
“La fe que se profesa tiene que convertirse en vida cristiana. Que siempre prevalezca la unidad y comunión eclesiales en la verdad y en la caridad, bajo la guía de los obispos, padres y maestros en la fe. En la obediencia a los Pastores y a la sana doctrina, sepan reaccionar los laicos contra todo intento o manipulación que trate de sembrar la división y la discordia”, agregó.
La Iglesia Católica, a través de la homilía en Caacupé, señaló que muchas ciudades se han convertidos en verdaderos lugares de supervivencia. “Lugares donde la cultura de la eliminación parece haberse instalado y deja poco espacio para una esperanza”.
“¿Qué significa para nosotros pastores que los laicos estén trabajando en la vida pública? Significa que debemos buscar la forma de poder alentar, acompañar y estimular todos sus esfuerzos que ya hoy se hacen por mantener viva la esperanza y la fe en una sociedad lleno de contradicciones especialmente para los más necesitados y vulnerables”, agregó.
Ricardo Valenzuela llamó, una vez más, a los laicos a que vivan en el mundo evangelizando y siendo luz en las tinieblas.
Este año, la festividad de Caacupé vuelve a contar con la presencia de files tras el pico de la pandmeia del Covid-19.