CORRUPCIÓN. Monseñor Ricardo Valenzuela lanzó duras críticas por el manejo de la pandemia. IMPUNE. Pidió aplicar la ley en quienes se hicieron ricos con el dinero de Salud arriesgando al pueblo.
La plaza de la Basílica Santuario volvió a llenarse de promeseros marianos tras un año de pausa por el Covid-19. Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, instó ayer al pueblo paraguayo a ‘‘organizar la esperanza’’ después de la pandemia y responsabilizó al Gobierno por las miles de muertes que dejó el virus a causa de la ‘‘desidia, la negligencia y la corrupción’’.
El religioso compartió sus críticas y reflexiones en el marco de la misa central por la fiesta de la Virgen de los Milagros de Caacupé, ocasión en la que leyó su tercera carta dirigida al pueblo paraguayo bajo el título “Organizar la esperanza”, expresión tomada de la homilía del papa Francisco, en la misa de la V Jornada Mundial de los Pobres, celebrada en la Basílica de San Pedro.
Para el obispo, si la reacción gubernamental hubiese sido más acertada y ‘‘no tan débil’’ para enfrentar eficientemente el problema de la pandemia, muchos de los compatriotas que fallecieron se hubieran salvado o vivido más tiempo.
Ante algunas autoridades nacionales y la llamativa ausencia del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, Mons. Valenzuela recordó que la razón de ser de la autoridad es la de servir al pueblo y que este tiene el derecho a esperar que terminen definitivamente los fallecimientos ‘‘por desidia, negligencia y corrupción en el sector de la Salud Pública’’.
Asimismo, reprochó que en la pandemia “solo gozaron de buena salud’’ quienes se adjudicaron casi todas las licitaciones y compras de emergencia sobrefacturadas. Consideró necesaria la aplicación de la ley a quienes la infringieron para quedarse con la mayor parte del presupuesto de Salud en plena crisis sanitaria.
“¡Basta de mezquindad, basta de excesiva acumulación del dinero y de los recursos en pocas manos!, que tiene su contraparte en la exclusión de muchos. Recordarán todos que, al inicio de la pandemia, con el susto natural, se hicieron muchas y lindas promesas de reforma; la mayoría de ellas quedaron en el olvido”, dijo.
SALUD PÚBLICA
Independientemente de la crisis sanitaria por el Covid-19, el obispo de Caacupé recordó que el Estado tiene una deuda social con la salud pública para la atención a las personas carenciadas e insistió en que la salud pública debe ser universal.
Siguiendo la crítica de la opinión pública, Valenzuela rechazó que los altos miembros del Estado, en vez de usar los servicios de salud pública, gastan el dinero del pueblo en seguros privilegiados de la medicina privada, ‘‘como si tuvieran naturalmente más derechos que el común de la gente’’. “Esto es injusto”, lamentó.
Teniendo en cuenta que la gente perdió mucho y que todavía vive el dolor de esa pérdida y en la incertidumbre sobre el mañana, monseñor, siguiendo la exhortación del Papa en la Jornada Mundial de los Pobres, instó a los laicos a que “organicemos la esperanza’’.
Para cimentar esta esperanza será necesario que los políticos y los gobiernos dejen de lado el sectarismo, los privilegios, a veces exagerados, la riqueza malhabida, y “trabajen por el bien común” buscando ajustar el modelo económico del país a uno que tenga rostro humano.
‘‘Tenemos la obligación de organizar la esperanza en el Paraguay para dejar atrás los efectos de la pandemia y para poner punto final a la epidemia nacional de la impunidad, porque la corrupción también mata, aunque para ello no adquiere una forma similar al Covid 19’’, señaló.
“ Si las instituciones pertinentes se declaran incompetentes para curar la corrupción, es deber primero de los gobiernos y después de la responsabilidad ciudadana encontrar la manera de extirpar este mal”, precisó el religioso.
Monseñor Valenzuela también se refirió en su carta a los fieles a la terrible situación de la educación pública. Manifestó preocupación por la violencia imperante y recordó a los secuestrados por Ejército del Pueblo Paraguayo.
Estoy de acuerdo con que se Mencione constantemente a los indígenas, quienes eran dueños de tierras y ahora se quedan sin ellas por desalojos. Francisco Benítez, comerciante de Caacupé
Esperemos que los gobernantes re flexionen sobre la homilía de monseñor, en la que menciona a la corrupción. Ojalá tengan piedad de la ciudadanía. Luis Rolón, San Juan Misiones.
Veo que si hay unión se puede cambiar esta situación de la pandemia que nos afecta. Me gustó que monseñor recomiende tener en cuenta el cuidado. Brígida Brizuela, Caacupé.
LAS CIFRAS
2.600 es el total del registro de vendedores con puestos fijos, ambulantes y temporales en Caacupé, según el Municipio.
25.000 pasajeros pasaron por la Terminal de Ómnibus de Asunción desde el lunes 6 hasta el miércoles 8.
10.000 fieles fueron en la víspera del 8 de diciembre. En años anteriores se llegaba a 100.000, según la Comuna.