Olimpia y Cerro Porteño se neutralizaron y firmaron un empate a cero en el inicio de la fase de grupos de la Copa Libertadores de América.
Olimpia y Cerro Porteño se quedaron con las ganas de celebrar en el superclásico este martes luego de firmar un empate a cero en un repleto estadio Defensores del Chaco en el inicio del Grupo G de la Copa Libertadores de América.
Fue un tiempo para cada uno. El Decano tuvo sus mejores chances en el primer tiempo, pero en el complemento el Ciclón mejoró su actuación, aunque fue insuficiente para comenzar con triunfo su gran sueño.
El próximo compromiso del Franjeado será el 12 de abril, ante Peñarol, en Uruguay, desde las 20:30. Ese mismo día, pero a partir de las 18:15, Cerro recibirá a Colón de Santa Fe, en La Nueva Olla.
EL PARTIDO. En medio de un marco excepcional, el Decano salió al mítico estadio de nuestro país con las fichas reveladas ya a un día del enfrentamiento más duro del fútbol paraguayo, trasladado de vuelta al máximo torneo continental luego de 23 años.
En tanto, el Ciclón sorprendió con la novedad de Robert Piris Da Motta con el que buscó equilibrar fuerzas en el mediocampo. Arriba ubicó a Marcelo Moreno Martins, el nueve que sobrevivió a las lesiones de las que no se salvaron Robert Morales ni Alfio Oviedo.
El partido comenzó con control del elenco azulgrana por todo el primer cuarto, pero cuando perdía la posición de la pelota siempre mostró su faceta más débil en el retroceso. Pese a poner tres volantes de oficio en esa faena, padeció ante las réplicas hirientes de su rival.
Un mal control de Alejandro Silva evitó mayor descalabro, ya que el charrúa podía quedarse cara a cara con el portero brasileño Jean Fernandes y con el arco a su disposición para desnivelar el clásico como pasó hace unas semanas en La Nueva Olla por la competencia casera (4 m).
Al poco tiempo Cerro se quedó sin fuerzas para combatir de tú a tú y se dedicó a soportar la embestida de Olimpia. Por 30 minutos todo fue del Franjeado. El equipo del Emperador empezó a sofocar al Ciclón con cabezazos de Antolín Alcaraz, cuyo segundo remate fue bloqueado de manera oportuna por Daniel Rivas (21 m).
No obstante, las chances más grandes emergieron de los pies de Jorge Recalde y Derlis González, que hicieron destacar el trabajo de Fernandes con tapadas de mucho mérito. Insistió Olimpia con pelotas paradas, pero no acertó y dejó pasar su buen momento para herir antes del descanso.
En el complemento, Francisco Arce apostó por el habilidoso Sergio Díaz y prescindió de Robert Piris Da Motta. Con un delantero más, el elenco de Barrio Obrero mostró otra postura y puso en peligro la portería defendida por Olveira con un tiro que no pudo direccionar Moreno Martins.
El clásico levantó la temperatura a la hora del compromiso con una escaramuza que el árbitro Anderson Daronco solucionó con amarillas para Iván Torres, Derlis y Rafael Carrascal.
El juego se apagó luego de la riña. Julio Cáceres jugó su carta más valiosa por Guillermo Paiva, mientras que el Chiqui lo hizo por Fernando Romero.
Recién a los 74 minutos se volvió a ver una acción inquietante cuando Beto Espínola quedó en posición de remate y puso a prueba el pecho de Olveira. En el tramo final, los equipos buscaron como pudieron, pero no fueron capaces de desnivelar un clásico que dejó más deudas que satisfacciones por la expectativa creada.