Antes de ingresar a la sala, los pacientes con cáncer reciben la mala noticia sobre los faltantes. Si no tienen dinero para comprar el medicamento o insumo, deben optar por posponer el tratamiento.
Además del proceso de desgaste emocional y físico que ocasiona el tratamiento del cáncer, los pacientes del Instituto de Previsión Social (IPS) tienen que lidiar con la escasez de medicamentos oncológicos y de insumos, que los obliga a cancelar en algunos casos las sesiones de quimioterapia.
Los asegurados sufrieron principalmente la semana pasada los embates del desabastecimiento que derivaron en la cancelación de sus sesiones de quimio. Recién tras las denuncias se está regularizando la provisión, señaló Gloria Villasanti, titular de la Asociación de Pacientes Oncológicos del IPS.
“Se suspenden las quimioterapias de los medicamentos de alto costo que no tiene el IPS. Algunos pueden comprar, otros no. Lo más triste es que otros hacen su quimioterapia incompleta, porque le ponen solo dos de tres medicamentos. Y después terminan decayendo. Esa es la realidad que vivimos todos los días”.
Entre los ítems faltantes se citan parches de fentanilo, ácido zoledrónico, doxetacel, medicamentos para la quimioterapia y hasta jeringas. “El desabastecimiento es constante”, insistió Villasanti.
A causa de las constantes denuncias, ahora en el Centro Ambulatorio de Hemato-oncología del Hospital Central ya no se informa previamente sobre los faltantes. Esa información permitía anteriormente a los pacientes organizar vaquitas o prever el gasto de bolsillo y garantizar el tratamiento de quimioterapia. Ahora, solo antes de entrar a la sala reciben la mala noticia del desabastecimiento.
Debido a que muchos no cuentan con los recursos económicos para comprar los medicamentos se ven obligados a suspender el tratamiento, una situación que va en detrimento de su salud.
Gloria Villasanti criticó que el IPS restrinja la información de los ítems en falta y destacó que tienen derecho a la información. “Eso nos niegan en el IPS”, denunció al tiempo de añadir que esta es la peor gestión y que al Dr. Vicente Bataglia no le interesan los asegurados.
URGE ACTUALIZACIÓN. A este panorama de carestía se suma que otros pacientes deben gastar millones cada mes porque el IPS no actualiza la lista de medicamentos –que recetan sus médicos– para tratar el cáncer.
Gloria Villasanti explicó que los asegurados sufren dos tipos de faltantes; por un lado, de aquellos que forman parte de la lista oficial de medicamentos; y por el otro, aquellos que no están en el vademécum, debido a la falta de actualización por parte del IPS para incluir nuevos fármacos.
En el vademécum del IPS no figura el ítem Fulvestrant. Este es un medicamento que sirve para tratar algunos casos de cáncer de mama con metástasis. A Lis Lugo Ferreira (51), por ejemplo, le recetaron este fármaco en diciembre del 2019. Cada ampolla le cuesta G. 1.500.000, que consigue en una localidad argentina fronteriza.
Cada 21 días compra, otras veces, no. Solo cuando su economía se lo permite puede garantizar su tratamiento. En las farmacias locales el precio es de G. 6.000.000. Al igual que Lis, muchos asegurados necesitan que el IPS incluya nuevos fármacos.
(El Dr. Vicente Bataglia) es el peor presidente del IPS. No hay parche de fentanilo, que se usa para el dolor de los huesos. Lis Lugo, paciente.
No hay voluntad política. El desabastecimiento es constante en el IPS. Los pacientes interrumpen su quimioterapia. Gloria Villasanti, paciente.
Odisea por tomógrafo fuera de servicio
Uno de los tomógrafos está fuera de servicio en el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS), fue el informe que recibió la asegurada Lorena Paredes al intentar agendar un estudio de tomografía de tórax sin contraste, denunció a ÚH.
La funcionaria del Centro de Diagnósticos le informó que por eso solo había turnos disponibles para el servicio tercerizado de Meprotec, que funciona en el Hospital Ingavi.
A la asegurada le queda a contramano el otro centro, pero se resignó al agendamiento que le dieron en un plazo de dos días, en el turno mañana, pese a que insistió sobre una disponibilidad para el horario de la tarde.
El trámite para agendar el estudio de imágenes le llevó casi una hora, comentó. El procedimiento fue primero formar fila, que le tomó casi 20 minutos porque solo estaban disponibles cinco ventanillas de 14 habilitadas.
Al llegar en ventanilla dejó su orden y le indicaron que espere. Tras 30 minutos, otra funcionaria la llamó para entregar los documentos con las fechas agendadas. En el Centro de Diagnósticos la fila frente a ventanilla no cesa. La demanda es alta y hay equipos averiados, según las denuncias.
El doctor Elías Rolón, nuevo director médico del Hospital Central, se excusó para la entrevista alegando que estaba de reunión. Dijo que hoy respondería las preguntas.
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