El problema persiste en el km 21 Acaray de Minga Guazú donde la recicladora dejó de funcionar, pero quedó una montaña de cubiertas que son elementos fundamentales para la proliferación de mosquitos en el sector, que hace que los pobladores ni siquiera puedan sentarse en sus patios. El daño ambiental generado también es inmenso y los moradores piden que las autoridades den una solución al caso y advierten que actuarán como mejor les parezca.
Hace aproximadamente 90 días que las máquinas de la recicladora fueron retiradas, pero quedaron las cubiertas y con los mosquitos, que vuelven locos a los vecinos. “No podemos salir a nuestro patio, millones de mosquitos se nos vienen encima, lo que pedimos es que retiren todo esto de acá para que podamos estar tranquilos en nuestras casas”, remarcó Lucas Garcete, uno de los pobladores.
El año pasado, cuando la fábrica estaba activa, el problema no eran solo los mosquitos, sino también la emisión de humo negro, y cuyas cenizas caían en los causes hídricos y en la tierra cultivable. Mencionaron que los neumólogos les advirtieron de lo nocivo que podría resultar la inhalación del humo que emana de las chimeneas de la planta.
El local pertenece al brasileño Alexsamdro Vieira, quien también el año pasado habilitó otro depósito de cubiertas en el km 18 de Minga Guazú y los vecinos se unieron con manifestaciones para que la fábrica deje de operar por el daño ecológico y social que estaba generando en los núcleos poblacionales.
MEDIDAS EXTREMAS
Los vecinos del km 21 son conscientes que la solución de la problemática está en manos de la Comuna de Minga Guazú, el Ministerio Público y el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), pero como no tienen respuestas, algunos pobladores ya prefieren quemar las cubiertas en desuso que quedaron, tras el retiro de las máquinas de la recicladora.
Advirtieron que muchos pobladores ya se mudaron, entre ellos un señor que tenía animales vacunos y que ya no querían consumir ni el pasto ni el agua, porque el polvo o restos de los componentes de las cubiertas contaminaron los alimentos. Lo mismo se dio con adultos mayores y niños que desarrollaron afecciones respiratorias a causa del abuso del responsable de la recicladora.
“Un vecino tiene el pozo totalmente consumido por una especie de aceite, grabamos un video sacando su motorcito de agua y se ve claramente cómo está seboso. El suelo de nuestro barrio está contaminado, el aire ni qué decir, no es una condición de vida para seres humanos”, lamentó, igualmente, Lucas Garcete.
Los vecinos recordaron que el año pasado presentaron su denuncia ante el MADES, pero que no obtuvieron ninguna respuesta o resultado. Igualmente, en la Comuna minguera presentaron sucesivos pedidos de intervención del lugar.
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