Solo en la primera etapa del año escolar, el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) registra casi 90 denuncias de abuso sexual en el entorno escolar y otras 32 fuera del ámbito educativo, pero que afectan a las escuelas. A esto se suman datos de 15 embarazos constatados en alumnas de distintas zonas. Un total de 137 casos de abuso sexual y acoso en solo cuatro meses. Los casos de violencia escolar suman más de 560 en lo que va del año, según datos oficiales de la Dirección General de Protección de la Niñez de la cartera estatal.
En un solo día saltaron cuatro denuncias de acoso sexual en instituciones educativas durante la semana pasada y los casos van en aumento a medida que avanza el curso lectivo.
La alta cifra que se ve en el sistema educativo es una respuesta a vivir en una sociedad donde se cree que el niño o la niña al ser menor de edad no tiene una opinión válida. “De esa creencia sumada a la idea de que el adulto es el que tiene la razón y la verdad surgen con un sinfín de casos en los que estudiantes sufren todo tipo de violencia, entre ellas, abusos”, sostiene la sicóloga Gabi Paredes Muñoz, directora y fundadora de la Asociación Apoyo Escolar Paraguay.
Expresa que un niño abusado siente que debe hacer o acceder a todo lo que una persona adulta dice y le obliga, sin cuestionar, sin dudar y muchas veces negando que le hace sentir mal.
“Es por eso la importancia de la educación en valores, sexual integral, y el desarrollo de habilidades del pensamiento. Un niño, una niña o adolescente informado es una persona que puede reconocer cuando está siendo violentado y es un caso donde se puede intervenir a tiempo”, dice Paredes Muñoz.
cambios. Para prevenir o para evitar más casos de violencia que afectan a las infancias, la especialista recomienda guiarse por la nueva forma de educar.
“Esta nueva forma invita a los docentes a ser personas; ni sabios, ni magos, ni sabelotodos, ni los que tienen la verdad. Al reconocerse humano, un profesor de la nueva forma de educar puede permitirse aprender de sus estudiantes, seguir en constante formación, compartir con colegas, investigar y no quedarse con una idea de hace años”.
Un suceso que conmovió a la comunidad educativa en Ciudad del Este fue un educador que utilizó una guacha para lidiar con una situación de los alumnos. El desafío está en desaprender y reaprender formas de comunicarse y de accionar sin usar la violencia, reafirma Paredes Muñoz.
Valorar a la familia y a la comunidad en esta tarea es vital, agrega la sicóloga.
“Si docentes y familiares no tienen la salud mental necesaria ni las habilidades de comunicación sanas, los niños o adolescentes que cuidan y educan estarán más expuestos a recibir desinformación y negligencia”.
Actividades. Capacitaciones y charlas con padres y docentes cuando ocurren casos puntuales realizan desde el MEC, según afirma la directora de Protección de la cartera, Sonia Escauriza.
“En los cursos de institutos de formación docente ya están las clases sobre las resoluciones y acciones a tomar que deben seguir tanto docentes como directores”, apunta la especialista del ministerio.
Lamenta que, en algunos casos, el director o directora de una institución educativa no registre las denuncias o casos confirmados en un acta. Labrar este tipo de documentos es lo primero que debe realizar un director.
“Siempre hacemos conversatorios en distintos puntos del país, es lo que puedo decir desde este lugar”, remarca Escauriza, y comenta que es fundamental el trabajo de acompañamiento en la casa de parte de las familias.
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