El Radiotelescopio de Apertura Esférica de Quinientos Metros (FAST, siglas en inglés), ubicado en la provincia suroriental china de Guizhou, descubrió una nube atómica 20 veces más grande que la Vía Láctea.
El hallazgo, realizado por un equipo internacional dirigido por astrónomos chinos y publicado este miércoles por la revista científica Nature, podría ayudar a los investigadores a comprender mejor los orígenes de las galaxias.
La nube, formada esencialmente de átomos de hidrógeno, mide unos 2 millones de años luz de diámetro y es la más grande jamás avistada hasta la fecha.
El descubrimiento fue posible al situar el FAST apuntando en dirección a un grupo de galaxias conocido como el Quinteto de Stephan, de actualidad en los últimos meses al ser protagonista de una de las primeras imágenes captadas por el telescopio espacial James Webb, recientemente puesto en funcionamiento.
«Desde su descubrimiento hace 145 años, el Quinteto de Stephan ha sido ampliamente estudiado por varios telescopios terrestres y espaciales», afirmó Xu Cong, el autor principal de la publicación, en declaraciones recogidas por el diario hongkonés South China Morning Post.
El equipo de científicos liderado por Xu, de los Observatorios Astronómicos Nacionales de China, quería utilizar la sensibilidad del FAST para comprender mejor cómo interactuaban las galaxias entre sí cuando se juntaron por primera vez como grupo.
Para ello, buscaron átomos de hidrógeno en el área alrededor del Quinteto de Stephan, ya que estas partículas emiten una «firma» única que puede revelar información sobre eventos que sucedieron hace mucho tiempo.
“Fue una tarea desafiante debido a las débiles señales de los átomos y la gran área observada, pero el receptor bien sintonizado y el plato gigante de FAST, que tiene el tamaño de 30 campos de fútbol, lo hicieron posible”, afirmó Xu.
Los investigadores se sorprendieron al ver una estructura gaseosa gigantesca emerger de los datos, ubicándose a su vez inusualmente lejos del centro del quinteto de galaxias donde se suelen acumular los átomos de hidrógeno para eventualmente acabar formando estrellas.
«Nos preguntamos por qué todavía existe, ya que el gas atómico con baja densidad debería haber sido destruido por la radiación ultravioleta en el fondo cósmico, según las teorías actuales», agregó el académico.
Fuente: EFE