De limpiabotas y líder sindical a tres veces presidente de Brasil: Luiz Inácio Lula da Silva regresa de nuevo al poder, resucitando como un «ave fénix».
Este autodefinido «joven» de 77 años, ícono de la izquierda brasileña y latinoamericana, se impuso el domingo con 50,83% de los votos -escrutado el 98,8% de los sufragios- sobre el ultraderechista Jair Bolsonaro, que buscaba la reelección.
Y vuelve a tomar las riendas de este país de tamaño continental tras haber sido condenado y encarcelado por un caso de corrupción, que muchos dieron por sentado marcaba el fin de su vida política.
«Es el día más importante de mi vida», dijo a periodistas después de votar en una escuela de Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo donde se forjó como líder sindical en los años 1970.
Dos veces presidente entre 2003 y 2010, Lula dejó el poder con una popularidad de casi 90% tras una gestión en la que 30 millones de los más de 200 millones de brasileños salieron de la pobreza.
Y se granjeó un enorme prestigio internacional como piloto del «milagro» económico brasileño, empujado por los altos precios de las materias primas.
En este tercer período no contará con la misma bonanza: si bien la economía da señales de mejoría, con crecimiento, menos inflación y más empleo, está lejos de la prosperidad de los años 2000.
Lula llama a la unidad
En su primera reacción en Sao Paulo, Lula llamó a la unidad de los brasileños. «A nadie le interesa un país dividido y en permanente estado de guerra», dijo.
También se dirigió a la comunidad internacional: «Brasil está de vuelta» y dejará de ser un «paria», prometió. Y aseguró que combatirá la deforestación porque el planeta necesita una «Amazonía viva».
La diferencia en votos entre ambos candidatos es de dos millones a favor de Lula, para un total de 156 millones de electores.
«Fue la victoria más apretada para un segundo turno» en unas elecciones brasileñas, dijo a la AFP el politólogo Leandro Consentino, del instituto de investigación Insper de Sao Paulo.
«Brasil va a tener un cambio importante de gobierno, con la mitad de la población descontenta con eso», resumió.
El estallido de júbilo en la emblemática avenida Paulista de Sao Paulo, donde se reunieron miles de votantes de Lula, fue inmediato.
«Brasil está volviendo a los carriles tras cuatro años de oscuridad, la población estaba sintiendo miedo y pasando muchos problemas», dijo a la AFP Larissa Meneses, de 34 años.
Bolsonaro ha lanzado mensajes contradictorios sobre si reconocerá los resultados en caso de derrota. El viernes aseguró que lo haría: «El que tenga más votos, gana».
En la explanada de los Tres Poderes de Brasilia, donde se reunieron cientos de bolsonaristas a esperar los resultados, Ruth da Silva Barbosa, una profesora de 50 años, aseguró que «el pueblo brasileño no va a tragarse una elección falsa como esta». «Bolsonaro precisa tomar una decisión ahora», dijo.
Fuente: AFP