Un Paraguay sin ataque cayó merecidamente ante Chile y complicó aún más sus opciones en las Eliminatorias Sudamericanas.
Paraguay tenía que ganar en Santiago, pero la propuesta inofensiva de Eduardo Berizzo le dio una gran mano a Chile que se impuso por 2-0 y revivió en las Eliminatorias. El DT no le encontró nunca el pulso al partido, no tuvo variantes y en el complemento los transandinos consiguieron el premio para su insistencia.
EL PARTIDO. Paraguay mostró mucha solidez en Santiago desde los primeros minutos. El cuadro de Eduardo Berizzo esperó a Chile y buscó proponer la contra rápida. La primera parte, la defensiva, fue lograda en un 90%, mientras que, el ataque, nuevamente fue la cuota pendiente de la Albirroja.
Al conjunto paraguayo le costó en demasía pasar de defensa a ataque y casi no generó ofensivas frente al arco de Claudio Bravo. Los balones largos y las jugadas de pelotas paradas tampoco dieron resultados en medio de esa desconexión que existía en el equipo.
Chile tuvo el balón, pero no encontraba la profundidad para lastimar a Antony Silva. Sin embargo, el golero paraguayo debió intervenir en dos pelotas paradas consecutivas para evitar que el local pase adelante en el marcador. La primera tras un cabezazo equivocado de Hernán Pérez y luego, en la siguiente acción, con un teztazo de Paulo Díaz que el arquero guaraní consiguió sacar con las uñas.
Recién en la recta final del primer tiempo la Albirroja tuvo contragolpes profundos, pero las decisiones no fueron las mejores en los metros finales para conseguir romper el cero y llevarse otro resultado al entretiempo.
El complemento Paraguay presentó los mismos defectos, pero su rival sí ajustó los detalles y una ráfaga de minutos castigó al conjunto de Berizzo. Primero con un disparo cruzado de Brereton sobre los 68 minutos y luego, a los 72′, nuevamente con una jugada por el costado izquierdo y esta vez con Isla quien tras enganchar, sacó un disparo pegado al poste derecho de Silva para el 2-0.
Ni mencionar los cambios tardíos y jugar a la desesperada, un clásico de Berizzo.
La recta final fue una muerte lenta y dolorosa acentuada por el bochornoso trabajo del argentino Pitana que si bien expulsó a Aránguiz, le perdonó la roja a Vidal que debió ser expulsado por agresión y además dejó con uno menos a Paraguay por la expulsión con doble amarilla a Omar Alderete en una rigurosa decisión.
El panorama quedó muy complicado para Paraguay que tendrá que buscar oxígeno, justamente en la altura de La Paz ante Bolivia.