Los cierres de rutas en diferentes puntos del país frenaron el paso de proveedores de alimentos perecederos, así como de combustibles y otros productos para el comercio fronterizo.

Los bloqueos en el tránsito en rutas agudizaron el rechazo hacia la movilización de camioneros, ya que se vieron afectadas cargas con alimentos perecederos como hortalizas y leche.

Alrededor de 600 toneladas de cebollas quedaron varadas desde el martes en el Cruce Carolina, en Salto del Guairá, Departamento de Canindeyú. Esto ocasionó que haya una menor oferta del producto en el mercado local y que por tanto subiera su precio. Pedro Villarreal, comerciante del Mercado de Abasto, explicó que se trata de la última carga habilitada para la importación y que recién ayer pudo llegar a los puntos de venta de Central, mediante una intervención fiscal. En el caso de las sandías extranjeras hubo menos suerte, ya que las frutas se perdieron al estar tantos días expuestas al clima.

El comercio fronterizo que empezaba a reportar movimientos luego de una paralización total a raíz de la pandemia, también se vio afectado, sobre todo porque depende de provisiones que llegan a puertos que están en los alrededores de Asunción.

Juan Vicente Ramírez, de la Cámara de Comercio de Ciudad del Este, comentó que las ventas, especialmente de electrónica y ropas, se retrasaron por los bloqueos porque a pesar de que los locales se manejan con stock, deben llegar también productos nuevos. Lo mismo ocurrió con las mercaderías que ingresaron vía terrestre por Encarnación.

El impacto se extendió al comercio electrónico, ya que las entregas desde ciudades fronterizas no se pudieron realizar en el tiempo pactado con los clientes.

Desde la Asociación de Propietarios y Operarios de Estaciones de Servicios y Afines denunciaron que 400 camiones no estaban pudiendo llegar a los puntos de recarga como consecuencia de los piquetes en las rutas. Esto desencadenó en una serie de desabastecimientos en algunos emblemas en varios puntos del país. Si bien el sector llegó a un acuerdo con los manifestantes para liberar a los vehículos cisterna, nuevamente se generó un cuello de botella que obstaculizó por varias horas la provisión de combustible, especialmente de diésel y nafta económica.

Los gremios temían que la situación se agravara hasta ocasionar un desabastecimiento generalizado de alimentos y otros productos de primera necesidad.

Los camiones de gran porte no se encargan de transportar estos insumos, pero con los cierres de rutas impidieron que los fletes menores pudieran circular. Incluso se reportaron denuncias de retenciones de trabajadores que debieron permanecer al costado de las rutas y hasta de agresiones a los conductores que no se adhirieron a la medida convocada por la Federación de Camioneros del Paraguay y de la Federación de Transportistas Autónomos del Paraguay, que presionan a los legisladores para sancionar una ley que regula los precios del servicio del flete en todo el país.


Se perdieron 2 millones de litros de leche
Varios productores de leche perdieron prácticamente lo equivalente a un día de producción. A raíz de los cierres de rutas además hubo faltantes de marcas en góndolas de Asunción y Ciudad del Este.
El presidente de la Cámara Paraguaya de Industriales Lácteos, Erno Bécker, lamentó la pérdida de alrededor de 2 millones de litros de leche debido a que los camiones refrigerantes no pudieron llegar a los tambos por el paro de transportistas. Este costo absorben los pequeños productores, ya que la materia prima no llegó a la industria. Para Bécker esta manifestación se trató de un “secuestro” y teme que se intensifiquen las medidas.