Tras nueve días ingresado por una operación de abdomen, el papa Francisco, de 86 años, abandonó este viernes el hospital Gemelli de Roma para regresar al Vaticano, donde su evolución será vigilada de cerca ante un verano con una agenda cargada.
El jesuita argentino salió sonriendo en silla de ruedas a las 08H45 (06H45 GMT) del Policlínico Gemelli, en cuyas puertas era esperado por una multitud de feligreses y periodistas.
“Todavía vivo”, respondió a una periodista que le preguntó cómo se sentía. Rodeado de una multitud, se entregó a algunos saludos y agradecimientos antes de subir a su Fiat 500 blanco, bajo un fuerte dispositivo de seguridad.
Tras dos paradas, una de ellas en la basílica de Santa María la Mayor, el papa volvió al Vaticano. Celebrará la oración del Ángelus el domingo, pero su audiencia general semanal del miércoles será cancelada para que pueda descansar, detalló la Santa Sede.
A partir del lunes, retomará el resto de sus audiencias y reuniones programadas.
Con problemas de cadera, dolores de rodilla, varias operaciones y una infección respiratoria en su historial, el papa argentino ha sufrido problemas recurrentes de salud desde su elección en 2013.
El 7 de junio, Jorge Bergoglio fue hospitalizado y sometido a una operación de tres horas con anestesia general para reducir unas dolorosas “adherencias” en su pared abdominal, consecuencia de su operación de colon en julio de 2021.