Dos bomberos paraguayos colaboran en las tareas de rescate en el Estado de Río Grande do Sul, golpeada por una inundación sin precedente. Uno de ellos refirió que, cuando todo acabe, la localidad deberá empezar desde cero.
Cristhian Marín es bombero de Itaipú y fue convocado con otro compañero por la Guardia Civil brasileña para contribuir con las tareas de asistencia y rescate.
Relató la difícil situación que viven los residentes del estado de Río Grande do Sul, el cual fue declarado en “Estado de calamidad” por las autoridades debido a que el 70% de su longitud está bajo agua, es decir, 300 municipios que se vieron afectados por la crecida.
“Esto es sin precedentes, una zona de guerra. Va a quedar todo para volver a construir, los daños son incomparables, es un daño social que todavía no comenzó”, expresó el joven voluntario.
Sostuvo que ahora mismo están trabajando por sacar personas vivas y animales, pero muchas familias se rehúsan a abandonar sus hogares hasta que el agua ya arrasa con todo.
Los albergues oficiales están sobrepasados, por lo que se instalaron lugares provisorios bajo viaductos, canchas, escuelas o cualquier espacio que sirva de refugio. Relató, también, que armaron albergues para animales, pero se da prioridad a las personas.
“Estamos rescatando un millar de animales. Tratamos de cuidar la vida, lo que venga después vamos a ver qué hacemos”, agregó Marín.
Destacó la solidaridad, el voluntariado de los pobladores que, en medio de la tragedia, ayudan a los que más necesitan. Según su relato, la última crecida similar fue en 1940.