Hoy es el retorno a clases tras pausa de invierno. Preocupa vigencia de violencia escolar y piden más participación e inversión. Inician reuniones ante propuestas de cambiar sistema jubilatorio.

La profesora Sonia Céspedes imparte clases de Matemáticas en cinco instituciones públicas de Santaní (San Pedro). Tres de los cinco colegios se ubican en zonas rurales. No cuentan con computadoras ni con cobertura de internet. A principios del año lectivo, se organizaron para comprar pizarras acrílicas y dejar las tizas atrás. Este lunes –como el grueso estudiantil– regresan luego de las vacaciones de invierno para comenzar la segunda etapa del curso.

“La falta de recursos tecnológicos en la actualidad nos hace perder el tiempo. En lugar de tener todo digitalizado para docentes y alumnos, debemos copiar todo en la pizarra en lugar de centrarnos en lo pedagógico, que es el proceso de enseñanza aprendizaje”, expresa Céspedes.

Para su asignatura, Matemáticas, sugiere que el foco debe ser reforzar esta competencia básica junto con Castellano, más aún luego de la pandemia del Covid-19, que vino con el cierre de escuelas por casi dos años completos.

Más inversión. Dotar de más herramientas y metodologías innovadoras sostenidas en Tecnología de la Información y Comunicación (TIC) debe ser primordial para continuar con el curso lectivo, coincide Soledad Blanco, docente y máster en Innovación Educativa por la Universidad Autónoma de Barcelona.

“El fin debe ser que los profesores sean capaces de implementar metodologías educativas adaptadas al contexto”, agrega la educadora.

Para la especialista, no es posible sostener una educación de calidad cuando los maestros y maestras son los que, en solitario, imparten modalidades como el plurigrado.

Ante esta realidad, la profe Sonia también pide al Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) apertura para la participación activa de docentes, estudiantes y familias en el sistema educativo. “Nos escuchan, pero finalmente no toman nuestras recomendaciones en cuenta y hacen lo contrario”, lamenta.

La falta de participación también es criticada por la comunidad educativa en el plan nacional de Transformación Educativa, cuya inversión mínima hasta la fecha es de USD 3 millones.

Salud mental. Tener en cuenta el aspecto socioemocional de estudiantes, no solo en materia de aprendizaje, aconseja a su turno el investigador y docente Rudi Elías.

“Hoy los contextos y la realidad te dicen que hay crecientes casos de todo tipo de violencia en el ámbito educativo. Se suma a todo lo que trajo esta pandemia”, explica.

Coincide en que la participación de la comunidad no solo puede ayudar a resolver cuestiones escolares, sino también la parte emocional de niños, niñas y adolescentes.

Para Sonia Céspedes, otro drama para los docentes hoy es que deben atender la salud mental de sus estudiantes.

Atender la salud mental para los profesores trae dos problemas. Descuidan nuevamente lo pedagógico, además, no están preparados desde lo profesional para dar seguimiento a los casos de violencia escolar.

Antes del cierre de la primera etapa, datos oficiales indicaban que se recibían hasta tres denuncias de violencia en el ámbito educativo por día.

Las docentes y el investigador apuntan a mejorar la inversión en el sector y contar con más expertos en salud mental en las instituciones, como sicólogos y orientadores.

450 denuncias de casos de violencia escolar se recibieron durante los primeros meses del año 2022, desde febrero.

7 de cada 10 niños presentan aún más pérdidas de aprendizaje tras pandemia, según datos de la Unesco.

1.400.000 estudiantes de escuelas y colegios regresan hoy a clases presenciales luego del receso de temporada.

275.000 escolares se encuentran fuera del sistema educativo y 8 de cada 10 que están en aula no aprenden lo que leen.

Cinco tips para la segunda etapa

Poner énfasis en el aspecto socioemocional de los alumnos.

Dar acompañamiento ante casos de deserción escolar.

Concretar conexión a internet en las escuelas.

Acompañar a los docentes en situaciones de plurigrados o superpoblación de aulas.

Fortalecer e incrementar rubros de orientadoras y sicólogas para más escuelas.

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