El Crio. Ppal. Osvaldo Ávalos, quien hace poco asumió como director de Policía del Alto Paraná, vino a la zona con aires de dictador, prohibiendo que los informes policiales sean enviados a los medios de comunicación, violando abiertamente la Ley 5.282, de libre acceso ciudadano a la información pública. Esto sería para tratar de tapar los hechos delictivos y hacer creer a sus superiores que en el Alto Paraná todo está bajo control. Sin embargo, en realidad es para tapar las atrocidades cometidas por agentes policiales en la zona.
Tal es el caso de un suboficial, que en total estado de ebriedad y fuera de servicio, ocasionó un violento accidente, pero sus camaradas de la subcomisaría 3ª del barrio Santa Ana no informaron el hecho. El percance se registró en el Área 4 sobre la Ruta PY07, frente al cuartel de los Bomberos Voluntarios, alrededor de las 00:30 del lunes.
Según los datos, un agente policial que circulaba a bordo de su automóvil Toyota Premio, de color gris, sin chapa, perdió el control y chocó contra un árbol del paseo central de la Ruta PY07. Tras el fuerte impacto también colisionó contra un automóvil de la marca Volkswagen Gol, con matrícula AADP 696, al mando de Jorge Paredes, quien se encontraba estacionado sobre la carretera esperando la luz verde del semáforo. El policía fue identificado como Claudio Vera, personal activo, quien estaba en compañía de Anderson Esteche, ambos totalmente borrachos y sufrieron lesiones, mientras que el conductor del Gol, afortunadamente salió ileso.
ALCOHOL
Dentro del interior del vehículo destrozado del agente policial se encontraron varias botellas de cerveza, pero el uniformado ni siquiera fue sometido a la prueba de alcotest; es más, el hecho ni siquiera fue informado al Ministerio Público. Por disposición del nuevo director de Policía ocultaron el informe para que el hecho no transcienda. Ayer, el Crio. Ppal. Osvaldo Ávalos sorprendió a los periodistas con una orden de no proveer más informes y fotos de los hechos sucedidos en el Alto Paraná, demostrando su espíritu de querer amordazar a la prensa de esta parte del país, como si estuviéramos en época de la dictadura.
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